jueves, 11 de octubre de 2012

3,2,1... Una de anécdotas... ¡marchando!

Buenass chicos/as !!. Esta entrada os va a ¡encantar!. Es absurda, graciosa, con mucho humor... ¡Ya vereis! Entonces... ¿a qué estais esperando para sumergiros en ella?
Bien, esto es una historieta que me paso a mi, más o menos cuando tenía sies años. Prepararos para echaros unas risas ¡porque esta historia vale la pena! Y sin mas dilación... ¡ahí va!:

                 El Batido de Chocolate y la Mancha en la Pared

Era verano. Y como todos los años estaba en mi pueblo, con mi primo Pablo (que no sé cuantos años tendría pero era mas mayor que yo ¡eso seguro!... ¡Ah sí! Tenía trece. Bueno no me enrollo más) y con mi abuela Beatriz. Aquel día habíamos comido arroz. Yo me había comido todo y, mi primo (como era de esperar en aquella epóca) NADA. Así que, un rato después de comer a mi primo le entró hambre y le pidió a mi abuela un batido de chocolate, uno de esos de Puleva *Puleva, Puleva te va, te va, te va. ¡Hihu!* (Lo siento no me he podido contener) y mi abuela le dijo que sí. Y yo también le pedí uno. Pero mi abuela me dijo que no, que ya había comido MUCHO y que me iba a sentar mal y BLABLABLA. Pero claro, a mí ya se me había metido en la chirimolla que quería uno y me importaba un PIMIENTO lo que dijera mi abuela o que me fuera a sentar mal. Así que, me fui medio enfurruñada y profirando cosas como: -¡Pues yo me pienso tomar un batido!. Y...: -¿Por qué Pablo si y yo no? ¿Eh? ¿Eh?- hacía la cocina. Allí abrí la nevera (todavía profirando ese tipo de cosas) y cogí el primer batido que ví. Lo abrí y me lo metí en la boca. Me tomé un buen trago, así de sopetón. Después lo medio tiré a la mesa de la cocina y salí de allí. Me fui con paso decidido al salón. Y cuando llegué allí... ¡PLAFFFFF! ¡Vomité en toda la pared! Bueno, eso es una forma de hablar porque, mientras vomitaba movía la cabeza hacía todos los lados. Como una especie de niña del exsorcista o un aspersor o algo así... Así que más bien, manché la pared, las sillas, la mesa.. El caso es que mi abuela estaba por ahí y al oír tal ruido se asomó al salón y me vió a mi echando la pota en todas direcciones. Después apareció mi primo por ahí. Según él porque: "había oído un ruido extraño y se había asomado a ver que pasaba". Pero puso una cara de asco enorme y gritó:- ¡Aggggg! ¡Qué asco! ¡Yo no salgo de la habitación hasta que este todo esto limpio!- Y yo diciendo entre risas:- ¡Qué va, que va! ¡Quedáte hombre! ¡Si no pasa nada! ¡Si no da asco!- Normal, que no me diera asco era mi pota. Pero mi primo no me escucho (normal), cerró la puerta del salón de un portazo y se fue corriendo a su habitación para no ver nada. En eso, llego mi abuela con la fregona y empezó a decirme lo tipíco:- ¿Lo ves? ¡Si ya te lo dije yo! ¡Que te iba a sentar mal!. Os puede parecer extraño pero no me paré de reir mientras duró todo aquel "pequeño accidente". Así que, mientras mi abuela limpiaba algo que NO HABÍA SALIDO DE SU BOCA y mi primo estaba intentando olvidar la imagen de mi vomito (que, por supuesto era marrón, por lo del batido) yo me estaba partiendo el culo. Y fue así hasta una o dos horas después. Desde ahora hay una mancha marrón en la pared del salón.

              ***Una aclaración*** (Aportada y/o patrocinada por Diccionario Gadistíco)

Profiriar:  Decir cosas sobre algo o sobre alguien por lo bajini, para ti mismo o gritando.

P.D: ¡Nos perdais la NUEVA peli de mi BLOG! ¡Que ya esta apunto de llegar! ¡No seais cenutrios!

Bueno, y con esto se ha acabado la entrada de hoy. ¡Ah! ¡Casi se me olvida!

P.D.D: Si, otro. Quiero decir que NO va a haber una SECCIÓN de ANECTODAS ni de historietas ni de nada por el estilo. Solo que, de vez en cuando contaré alguna.

Y con esto me despid... Emm no... ¡Hay otro P.D más!

P.D.D.D: ¡Tampoco os perdais el próximo capítulo de... Las Recetas de la Abuela Cebolleta!

Ahora si que sí...

¡Hasta mañanaa blogueros/as!

Gade

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